top of page

¿Cómo desarrollar la cultura empresarial en tiempos de virtualidad?

Cada empresa tiene su propia cultura. Esta es cosechada a partir de las interacciones de su equipo y tomando como sustrato el entorno de valores y acciones que la empresa lleva a cabo en su cotidianeidad. Sin embargo, ¿puede la cultura empresarial desarrollarse o consolidarse en un contexto de virtualidad en el que rara vez el equipo pasa tiempo unido compartiendo intereses o necesidades?

La realidad es que el trabajo virtual y el distanciamiento físico entre los colaboradores no hace más que consolidarse como el nuevo paradigma de modalidad laboral. De hecho, en el reciente Informe especial del Barómetro de confianza de Edelman[i] se encontró que aquellos que trabajan de forma remota debido a la pandemia de COVID-19, probablemente continuarán haciéndolo en el futuro previsible y se señala que es probable que solo el 31% de los empleados globales que trabajan hoy desde la casa vuelvan a ingresar al lugar de trabajo en los próximos tres meses; en tanto, el 75% tiene la opción de continuar trabajando de forma remota indefinidamente.

Volviendo al tema crítico que acapara nuestra atención, bien vale cuestionarse ¿qué pasa con la cultura empresarial si se supone que depende fuertemente de las experiencias compartidas que brindan sentido de pertenencia? ¿Cómo sostener dicha cultura en el inmaterial contexto de la virtualidad? ¿Cómo hacer para conservar la cultura organizacional como un activo de competitividad que respalda comportamientos y valores que empujan la estrategia de un negocio en el largo plazo? ¿Alcanza para los colaboradores tener unas cuantas experiencias compartidas virtuales con sus compañeros para sostener propósitos comunes? ¿Es acaso posible que la modalidad de trabajo virtual termine por convertir la relación entre los colaboradores y la empresa en un tema meramente transaccional y ausente de sentido unificador entre los miembros de un equipo que trabajan cada uno desde su propio espacio físico?

La propuesta de valor del empleado como aglutinador social dentro de la empresa

Pareciera que son muchas las inquietudes y pocas las certidumbres alrededor del tema de la cultura empresarial, no obstante, ciertamente las empresas están encontrando elementos capaces de articular la cultura de sus colaboradores mediante la “Propuesta de valor para los empleados”.

Como sugiere el profesor de Stanford, Jamil Zaki, en su columna del Washington Post sobre el crecimiento personal frente a la pandemia, “cuando un terremoto derriba un edificio, es poco probable que los arquitectos reconstruyan exactamente lo que estaba allí tal como hicieron antes… la reconstrucción ofrece una oportunidad para diseñar algo mejor”. De igual modo, los líderes de la empresa están frente a la ruptura del paradigma del empleado de oficina para evolucionar hacia el nuevo modelo de empleado remoto con un nuevo entorno de trabajo virtual o híbrido.

Así, el reto actual de las empresas es recalibrar su “Propuesta de valor para los empleados” para que responda a una cultura empresarial más evolucionada, capaz de brindar a los colaboradores un sentido de pertenencia e integración en un contexto donde la virtualidad y el trabajo en casa es transversal a la gestión del recurso humano.

Para lograr esto, las empresas están en la necesidad de esculcar en las intenciones, valores e intereses que motivaron a los empleados a unirse y permanecer en una empresa antes de la llegada del COVID-19 e incluso frente a otras tensiones sociales surgidas del periodo de crisis y cambio. Las empresas deben reafirmar sus valores en un contexto que sea relevante para sus colaboradores, temas como los derechos humanos, la injusticia social, la responsabilidad social, la sostenibilidad y la acción frente al Cambio Climático, entre otros, consolidan una propuesta de valor cimentada desde la esencia misma de los principios que forman la visión de mundo de sus colaboradores. Por ejemplo, en la encuesta global de septiembre de 2020 de Edelman, 71 % de los encuestados calificaba a su empleador como la institución más confiable para responder al racismo sistémico.

Paralelamente, los colaboradores cada vez están más a la expectativa de que las empresas y los líderes no solo se pronuncien sobre los problemas del mundo, sino que también lideren cambios sociales. Es por esto que alinear su “Propuesta de valor para los empleados” ya no solo resulta deseable, sino que es en un imperativo para las empresas.

No cabe duda que las empresas a las que les irá mejor serán aquellas que se tomen su tiempo para reevaluar y re-articular su “Propuesta de valor para los empleados” tanto para quienes son reclutados como para quienes ya llevan tiempo trabajando en la empresa y están cada vez más sensibles frente al retador y cambiante mundo que les rodea.

Adaptación al español del artículo de Felicia Joy, Alissa Schepisi y Elena Grotto Senior Vice Presidents en Edelman: “Creating Common Culture in a World of Virtual Work: Start with a Refreshed Employee Value Proposition”[ii]

bottom of page